Justine Vroman y Thomas Chinery explican cómo la comprensión del riesgo climático puede ayudar a construir una cartera de crédito global resiliente que también apoye el cambio del mundo real.
En marzo de 2023, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó la última parte de su sexto informe de evaluación, que pone de manifiesto la devastación que las condiciones climáticas extremas ya están causando por todo el mundo. Los científicos que participaron en su elaboración advirtieron que lo peor está por llegar si la humanidad no actúa con contundencia para afrontar la crisis climática.
Además de ser la mayor amenaza a la que se enfrenta el planeta, el cambio climático plantea enormes riesgos para las carteras de inversión y el patrimonio de los clientes. Los impactos físicos de las inundaciones, los incendios forestales y las temperaturas extremas suponen un peligro para las empresas de múltiples sectores. La nueva normativa, las tecnologías emergentes y las preferencias cambiantes de los consumidores e inversores transformarán los modelos de negocio conforme la transición climática vaya acelerándose.
Una alternativa centrada en el clima al crédito de grado de inversión
La estrategia Climate Transition Global Credit de Aviva Investors, lanzada en 2021, tiene por objetivo ayudar a mitigar algunos de los riesgos principales relacionados con el cambio climático, al tiempo que brinda los beneficios de un enfoque crediticio de grado de inversión tradicional, lo que incluye ingresos constantes a largo plazo y un crecimiento del capital.
Asimismo, pretende lograr resultados climáticos positivos apoyando a las empresas que invierten en la transición hacia una economía con menos emisiones de carbono, incluso si aún no son emisores con bajos niveles, y a las que desarrollan soluciones para ayudar al mundo a afrontar el cambio climático y adaptarse a sus efectos. La estrategia podría resultar atractiva a aquellos inversores que deseen alcanzar un equilibrio entre la gestión del riesgo climático, la promoción de un cambio positivo en el ámbito empresarial y la obtención de beneficios gracias a la transición verde.
Nuestro enfoque cuenta con un universo de inversión mucho más amplio que el que está disponible para fondos más específicos, como los que emplean índices de referencia ajustados al Acuerdo de París (PAB, por sus siglas en inglés) o aquellos que únicamente invierten en bonos verdes. Esto permite que la estrategia se convierta en una alternativa directa o complementaria a una cartera de crédito de grado de inversión básica.
Al mismo tiempo, tratamos de aprovechar el potencial inexplorado de los titulares de bonos para ejercer una influencia positiva en cuestiones de sostenibilidad. A diferencia de lo que sucede con los inversores pasivos, nos implicamos directamente con los emisores para alentarlos a mejorar no solo sus propias credenciales climáticas, sino también las de sus proveedores, apoyando así el cambio en las cadenas de valor de cada sector.
Mitigación de riesgos y resiliencia
Como inversores en bonos con conciencia climática, nuestro principal enfoque es la resiliencia y la gestión de riesgos a la baja. Nuestro objetivo es mitigar las crecientes amenazas climáticas que afrontan los emisores y titulares de bonos, lo que incluye los activos varados y los riesgos físicos y de descarbonización.
Los inversores en crédito a menudo ignoran o subestiman el riesgo climático. Este abarca los efectos a largo plazo del cambio climático en las operaciones y el modelo de negocio de una empresa, y debería revestir la debida importancia en cualquier evaluación de la solvencia de un emisor. Puede incluir peligros físicos por condiciones climáticas extremas, así como riesgos de transición, como sanciones reglamentarias, avances tecnológicos o cambios en las preferencias de los consumidores.
Pese a la evidente importancia de los factores del cambio climático, el mercado no siempre los valora adecuada o constantemente. Por ejemplo, los balances empresariales del sector automotriz se enfrentan al desafío que supone la necesidad de optar por los vehículos eléctricos (VE). Con todo, los bonos corporativos de los fabricantes de automóviles que no han logrado transicionar proactivamente a los VE a menudo cotizan a niveles similares a los de los líderes del cambio climático en el sector. Creemos que algo así es insostenible.
Nuestro objetivo es mitigar las crecientes amenazas climáticas que afrontan los emisores y titulares de bonos, lo que incluye los activos varados y los riesgos físicos y de descarbonización
Como inversores en crédito centrados en el clima, nos mantenemos alerta ante cualquier valoración inadecuada del riesgo climático, sea cual fuere su forma. Dado que los bonos corporativos se exponen asimétricamente al valor de los activos de un emisor (los titulares de bonos, por lo general, esperan obtener ingresos limitados sobre el tipo libre de riesgos, pero afrontan una pequeña posibilidad de pérdidas significativas en caso de impago), el cambio climático puede afectar negativamente al valor de una empresa y, por extensión, al de sus bonos.
Las empresas con conciencia climática deberían estar mejor preparadas para adaptar sus modelos de negocio, modificar las cadenas de suministro, adaptarse a los riesgos físicos y abordar las cuestiones regulatorias. Si logran realizar todo esto, los titulares de bonos pueden beneficiarse de menos caídas, una volatilidad reducida y un menor riesgo de rebajas de calificación e impagos.
Apoyo a los proveedores de soluciones y promoción de la transición
Usamos un filtrado patentado para excluir los peores emisores de carbono de nuestra cartera y reducir los tipos de riesgos mencionados anteriormente.
Sin embargo, mantenemos la flexibilidad para asignar hasta el diez por ciento de la cartera a empresas que superen nuestro umbral de carbono, siempre y cuando estén colaborando en la reducción de las emisiones a nivel general. Aparte de esto, pretendemos invertir en proveedores de soluciones y empresas orientadas a la transición, con el propósito de mitigar aún más el riesgo climático y fomentar la transición a una economía con menos emisiones de carbono.
Empresas orientadas a la transición
Todas las empresas deben adaptarse a un mundo más cálido y con menos emisiones de carbono. Los emisores preparados para la transición son empresas de todos los sectores de la economía que gestionan sus riesgos de transición y mejoran su resiliencia climática. Al realizar esta labor, suelen emplear los servicios de proveedores de soluciones (véase más adelante). Creemos que es probable que las empresas de vanguardia orientadas a la transición conserven la ventaja de ser las primeras en tomar medidas y acaben siendo más resilientes en el medio plazo.
Las empresas con conciencia climática deberían estar mejor preparadas para adaptar sus modelos de negocio
Evaluamos a los emisores usando nuestro modelo de riesgo de transición propio (riesgo T). Este modelo identifica el riesgo de cambio climático a nivel sectorial o industrial, y lo clasifica como alto, medio o bajo. Combinamos esta clasificación con una puntuación que proporciona una medida de la calidad de los procesos de gestión del riesgo climático en empresas individuales.
La conjunción de estos dos elementos determina si una empresa cumple con nuestros criterios de transición. Por ejemplo, las empresas que operan en subsectores de alto riesgo T necesitarán enfoques líderes del mercado en materia de cambio climático; de lo contrario, no podrán recibir una evaluación que las califique como aptas para la inversión.
Proveedores de soluciones
Los proveedores de soluciones son empresas que mitigan el riesgo del cambio climático o ayudan a las comunidades a adaptarse a impactos físicos adversos. Inicialmente calificamos a las empresas como proveedores de soluciones en función de si obtienen, al menos, un 20 % de sus ingresos de estos temas. Los emisores que alcanzan este umbral se evalúan posteriormente mediante un análisis patentado. Examinamos más a fondo las fuentes de ingresos por segmento de negocio para determinar si las actividades empresariales del emisor cumplen con nuestros criterios de elegibilidad.
En el universo de crédito, los proveedores de soluciones tienden a ser empresas maduras de gran capitalización. Muchas de las empresas que alcanzan el umbral del 20 % disfrutan de fuentes de ingresos crecientes y resilientes, y cuentan con el apoyo a largo plazo de importantes incentivos gubernamentales.
La Ley estadounidense de reducción de la inflación está reduciendo los costes de la tecnología de energía limpia y podría proporcionar un apoyo favorable a ciertos sectores
Estos incentivos son cada vez más significativos. Por ejemplo, la Ley estadounidense de reducción de la inflación (IRA, por sus siglas en inglés) está reduciendo los costes de la tecnología de energía limpia y podría proporcionar un apoyo favorable a ciertos sectores, como el de fabricación de baterías. Dado el avance de Europa con sus propias ayudas a las tecnologías ecológicas, las empresas de gran capitalización de sectores concretos podrían ser las principales beneficiarias de estas tendencias y demostrar su resiliencia ante las recesiones del mercado.
Puesto que el universo de proveedores de soluciones es relativamente pequeño y se concentra en una gama limitada de sectores (por lo general, industrial, de servicios públicos y tecnológico), la diversificación es un potencial problema. No obstante, nuestro enfoque adicional en materia de transición brinda a nuestra cartera la diversificación y el conjunto de oportunidades necesarios en cualquier cartera de crédito global.
En nuestra opinión, este enfoque holístico, que combina proveedores de soluciones, empresas orientadas a la transición y empresas con emisiones intensivas de carbono con estrategias ecológicas genuinas, es único entre los fondos de crédito centrados en el clima. Como tal, puede interesar a aquellos clientes que busquen una estrategia que ofrezca el potencial para lograr tanto resultados climáticos positivos como una rentabilidad de la inversión.
Inversión activa: objetivos basados en la ciencia (SBT) e implicación
La oportunidad de implicación en los mercados de crédito es considerable. Dado que las empresas suelen emitir bonos muchas veces al año, los inversores en crédito pueden influir con frecuencia mediante sus decisiones de asignación de capital y el consecuente diálogo con los emisores. Además, muchos emisores son privados; no hay presión de accionistas públicos por mejorar la gobernanza. Esto brinda a los titulares de bonos una oportunidad real de fomentar un cambio significativo en una parte importante de los mercados de capital más allá del alcance de los inversores en renta variable.
Los titulares de bonos cuentan con una oportunidad real de fomentar un cambio significativo
El diálogo claro con el equipo directivo de la empresa resulta esencial para cumplir con nuestros objetivos climáticos. Un programa de implicación concreto y bien estructurado puede ayudar a conformar la estrategia de las empresas en las que se invierte y permitir que estas entidades se vuelvan más resilientes ante los impactos del cambio climático.
Cuando nos implicamos con empresas, las alentamos a que adopten los SBT. Si bien algunos competidores tienen objetivos de cero emisiones netas, basados en reducciones relativas de las emisiones de carbono o en un porcentaje de ingresos verdes, creemos que los SBT son actualmente la mejor forma de ajustarse al objetivo de calentamiento global de 1,5 °C, establecido en virtud del Acuerdo de París de 2015.
Esto se debe a que son más prácticos y especifican en qué medida y con qué rapidez las empresas reducen las emisiones. Puesto que a menudo incluyen emisiones de “alcance 3” asociadas con los clientes y proveedores de las empresas, el establecimiento de SBT también puede tener efectos positivos en las cadenas de valor. Nuestro objetivo es que el 90 % de la exposición de la cartera se destine a empresas con objetivos basados en la ciencia para 2030.
Las estimaciones del capital necesario para impulsar la transición climática varían de 3,5 billones a 9,2 billones de USD al año. Independientemente de cuál sea la cifra exacta, gran parte de este capital será deuda. Dada la tensión de los balances gubernamentales, gran parte de la inversión provendrá precisamente del tipo de empresas en las que invertimos. La implicación es fundamental para impulsar ese cambio.
Descargue Creación de carteras resilientes al tiempo que se favorecen resultados climáticos positivos para comprender:
- Por qué los riesgos climáticos a menudo se ignoran ampliamente, o bien no se entienden o abordan consistentemente en los mercados de crédito.
- Cómo la integración de los factores climáticos en una cartera de crédito con gestión activa puede mejorar la rentabilidad a largo plazo y ayudar a generar resiliencia para los inversores.
- Cómo la inversión y la implicación con las empresas que incorporan SBT puede ayudar a promover avances positivos para combatir el cambio climático en las cadenas de valor a nivel sectorial.