Los accionistas institucionales tienen que ser tan dinámicos y proactivos como quienes invierten en capital riesgo al enfrentarse a los fallos de sus directivos.
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Con el reciente aumento de las ofertas de adquisición, que ha culminado con una oferta premium del gigante estadounidense de juguetes Hasbro al propietario de Peppa Pig, Entertainment One, los inversores deberían preguntarse por qué tantas empresas son objeto de ofertas de adquisición en estos momentos, qué indica esta actividad y cómo deberían responder en términos de gobierno corporativo y posicionamiento de la cartera.
La mayoría de las ofertas de los últimos tiempos proceden de empresas de capital riesgo, que se centran en el valor de reventa a largo plazo de las empresas que compran. Las empresas únicamente resultan atractivas para las sociedades de capital riesgo cuando su estrategia, sus actividades o su balance están mal gestionados, o cuando el mercado no aprecia sus perspectivas de valor a largo plazo. Ambas situaciones son errores de los directivos de la empresa.
La solución no está en las fórmulas trilladas a corto plazo para el mercado público ni en la ingeniería financiera de las empresas de capital riesgo, sino en que los accionistas institucionales den un paso al frente. En concreto, deben exigir a los directivos de las empresas que rindan cuentas por sus malos resultados y presionar para que actúen de forma más decisiva y rápida a la hora de sustituir a los directores generales, directores financieros y presidentes en caso de que no consigan resultados satisfactorios. Se podría argumentar que las empresas de capital riesgo son buenas para los mercados públicos en el mismo sentido en que los inversores activistas contribuyen a crear una gestión y una disciplina de precios.
Sin embargo, los inversores institucionales no pueden confiar en que estas empresas de capital riesgo vayan a facilitar el cambio. Somos nosotros quienes tenemos que ser activos en primer lugar.
Si se materializara una oferta, en particular por parte de una empresa de capital riesgo, el consejo de administración y los accionistas deberían pelear y no rendirse. En primer lugar, los consejos de administración deberían tratar de resolver internamente las cuestiones de valoración que la oferta haya destacado, involucrando a sus accionistas a largo plazo como parte del proceso.
Ha habido muchos casos de empresas objetivo que prosperaron después de rechazar una oferta de gran repercusión mediática, como por ejemplo Unilever y Astra Zeneca. Si esto no fuera posible por falta de apoyo de los accionistas y el consejo de administración decidiera vender, deberá esforzarse por conseguir el mejor precio. Los accionistas también deben tener en cuenta el valor a largo plazo de la empresa y asegurarse de que los consejos de administración de las empresas objetivo se atengan a este proceso.
Lamentablemente, este comportamiento no se ha visto en los últimos meses, ya que las empresas se venden a precios demasiado bajos, ya sea porque los consejos de administración se ven afectados por las agendas personales de los directivos que se han cansado de los mercados públicos, porque la tendencia general es que los consejos de administración desplieguen la bandera blanca antes de tiempo, o porque los accionistas tienen prisa por vender demasiado pronto.
El especialista en reabastecimiento en vuelo Cobham no comenzó a recuperarse hasta que se instaló un nuevo equipo directivo en 2016. Ahora se ha vendido la empresa antes de que el mercado pueda beneficiarse de la solidez de los nuevos cimientos creados.
En Merlin Entertainments, el equipo directivo tuvo la oportunidad de impresionar al mercado tras su salida a bolsa en 2013, pero no logró alcanzar los objetivos de beneficios de forma continuada y, tras culpar a los inversores de infravalorar la empresa, la vendió discretamente a los fondos de capital riesgo.
En RPC, la empresa de envases, el consejo de administración no se adaptó después de que los inversores dejaran de favorecer una estrategia basada en las adquisiciones y renunciaran en la práctica a la opción de ser una empresa que cotizaba de forma independiente. Después de un largo proceso de oferta de adquisición de una empresa de capital riesgo, se vendió por debajo de los máximos alcanzados por acción en 2016/17.
Por otra parte, las dificultades de la cervecera Greene King para hacer frente a las dificultades del negocio y comunicar una estrategia de crecimiento convincente condujeron a una infravaloración sustancial de la base de activos por parte de los inversores, lo que permitió que la oferta de adquisición inicial fuese un 50 % más alta que el precio de mercado. El equipo directivo la aceptó de inmediato.
El bajo desempeño de los directivos y la inseguridad de los accionistas no son los únicos factores que impulsan el aumento de las ofertas de adquisición. Si bien es cierto que, desde la celebración del referéndum sobre el brexit, los temores que suscita explican por qué las empresas que cotizan en bolsa centradas en el mercado nacional se han valorado muy por debajo de sus homólogas centradas a nivel internacional, las ofertas de los últimos tiempos sugieren que algunos de los compradores internacionales y de las empresas de capital riesgo han decidido que hoy en día el impacto de un brexit sin acuerdo se descuenta por completo tanto en términos de riesgo económico como de riesgo cambiario. Si tienen razón, es probable que veamos más ofertas, a menos que el mercado británico empiece a valorar más los activos nacionales y los consejos de administración se defiendan con mayor firmeza.
Las recientes ofertas demuestran que aún queda mucho por hacer para evitar que las empresas británicas se vendan a un precio demasiado bajo. El comportamiento de los directivos y de los accionistas debe cambiar para reducir el riesgo de una oferta de adquisición, y los consejos de administración deben responder de forma eficaz para maximizar el valor para los accionistas en caso de que se produjese. Los inversores y los consejos de administración deben ser más proactivos a la hora de impulsar cambios en la gestión en caso necesario, y ser conscientes de que estas ofertas pueden indicar una excesiva negatividad en torno a las empresas con sede en el Reino Unido.
Últimamente, la dinámica ha ido contra las acciones del Reino Unido, y estas ofertas de adquisición indican que podría ser el momento de que los inversores se orienten hacia el mercado de valores británico. En épocas de cambio, los inversores harían bien en recordar que la suerte sonríe a los valientes. Los inversores activos deberían cambiar de rumbo y considerar más favorablemente las perspectivas del Reino Unido, tanto si el brexit se produce con acuerdo como sin él.
Este artículo se publicó por primera vez en The Sunday Times.