Rick Stathers afirma que los inversores deben presionar a las empresas para que aborden la crisis climática adoptando objetivos basados en la ciencia.

Lea este artículo para comprender:

  • La magnitud de las reducciones de emisiones necesarias esta década
  • Por qué las empresas tienen más confianza en los objetivos basados en la ciencia a corto plazo que en los objetivos de cero emisiones netas a largo plazo
  • Cómo los objetivos basados en la ciencia se centran en la reducción real de las emisiones en la cadena de valor, excluyendo la compensación y otros mecanismos de eliminación del dióxido de carbono

Se acaba el tiempo para evitar los efectos más perjudiciales del calentamiento global. Para tener un 50 % de posibilidades de limitar el aumento global de la temperatura a no más de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, la humanidad debe reducir los gases de efecto invernadero y alcanzar el cero neto para 2050. Las emisiones deben reducirse alrededor de un 50 % por década entre 2020 y 2050, aproximadamente un 7 % cada año.

Sin embargo, el ritmo de avance ha sido decepcionante. La Figura 1 muestra el abismo existente entre las políticas y medidas actuales y el cambio radical necesario para mantenerse por debajo de los 1,5 °C. Ni siquiera un escenario optimista es suficiente.

Figura 1: Reducción mundial de emisiones de GEI: ambición y realidad (GtCO₂e/año)

Fuente: Climate Action Tracker, 10 de noviembre de 20221

Hay que actuar con rapidez porque los gases de efecto invernadero que se emitan hoy mismo permanecerán en la atmósfera durante años. La vida media de gases como el dióxido de carbono y los óxidos nitrosos es superior a cien años (la mitad de las moléculas de una muestra tarda más de un siglo en descomponerse), por lo que las emisiones deben reducirse cuanto antes.2

Para ello, los titulares de activos deberán exigir responsabilidades a las empresas en las que inviertan, instándolas a adoptar un enfoque riguroso y con plazos concretos para la transición de sus negocios. Actualmente, el cambio climático es el mayor riesgo sistémico a largo plazo en las carteras, por lo que es imprescindible hacerlo desde el punto de vista financiero, ya que los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, olas de calor e inundaciones, ya están afectando a la actividad empresarial en todo el mundo.

Establecer planes de descarbonización mediante objetivos basados en la ciencia

Resulta alentador ver que cada vez más empresas se fijan objetivos (véase la Figura 2). Más de 4500 empresas se han comprometido o han fijado objetivos a corto plazo basados en la ciencia climática. Sin embargo, son pocas las que han establecido objetivos basados en la ciencia a más largo plazo. También llama la atención que, aunque 1833 empresas hayan anunciado su intención de lograr las cero emisiones netas, pocas se han fijado fechas límite. Estos datos reflejan la tendencia a asumir los objetivos sin saber cómo alcanzarlos, de ahí nuestro apoyo a la orientación práctica de los objetivos basados en la ciencia a corto plazo.3

Existen diferencias significativas entre los objetivos basados en la ciencia y los objetivos de cero emisiones netas

Existen diferencias significativas entre los objetivos basados en la ciencia y los objetivos de cero emisiones netas. Estos últimos reconocen que los objetivos basados en la ciencia solo pueden reducir el 90 % de las emisiones y permiten neutralizar las emisiones residuales mediante mecanismos de eliminación de dióxido de carbono, como los sistemas de compensación de emisiones.

Los mecanismos de eliminación de dióxido de carbono pueden utilizarse para ajustar un ciclo de emisiones al resultado deseado de cero emisiones netas, pero cada vez preocupa más si habrá capacidad suficiente para conseguir reducciones reales de carbono, ya sea mediante el secuestro natural (silvicultura, carbono del suelo) o mediante soluciones tecnológicas emergentes. Los objetivos basados en la ciencia no permiten alcanzar los objetivos de reducción mediante mecanismos de eliminación de dióxido de carbono en ningún plazo.

Figura 2: Empresas que han establecido o se han comprometido a establecer objetivos basados en la ciencia y objetivos de cero emisiones netas 

Notas: Los objetivos se consideran “basados en la ciencia” si se ajustan a lo que la ciencia climática considera necesario para cumplir los objetivos del Acuerdo de París: limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales e intentar limitar el calentamiento a 1,5 °C.
Los objetivos basados en la ciencia a corto plazo incluyen compromisos para reducir las emisiones en toda la cadena de valor de cinco a diez años después de que se fije un objetivo. Los objetivos a largo plazo reflejan las ambiciones diez años o más después de que se fije un objetivo. Las empresas pueden comprometerse con un objetivo basado en la ciencia a corto plazo y, en teoría, disponen de dos años a partir de ese momento para concretar sus planes en un objetivo formal.
Fuente: Descargas de Science Based Target, febrero de 2023, marzo de 2022, octubre de 2021, octubre de 2020

Conseguir reducciones de carbono en el mundo real

Los miembros actuales de la iniciativa de objetivos basados en la ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés) lograron una reducción del 29 % en las emisiones de alcance 1 y alcance 2 (emisiones directas y emisiones indirectas de la electricidad y otros tipos de energía) entre 2015 y 2020.4

A más largo plazo, los objetivos basados en la ciencia deberían facilitar el enfoque en las emisiones de alcance 3

A más largo plazo, los objetivos basados en la ciencia deberían facilitar el enfoque en las emisiones de alcance 3 (todas las emisiones indirectas no incluidas en el alcance 2 procedentes de las cadenas de valor anteriores y posteriores, como se ilustra en la Figura 3).

Muchas empresas que comunican datos sobre carbono omiten por completo el alcance 3, lo cual es un problema importante porque en muchas industrias las emisiones de alcance 3 son mayores que las de alcance 1 y 2 en conjunto. En el marco de la SBTi, las empresas están obligadas a incluir las emisiones de alcance 3 en sus cálculos cuando representen más del 40 % de las emisiones totales.

Figura 3: Emisiones de gases de efecto invernadero a través de la cadena de valor de una empresa

Emisiones de gases de efecto invernadero a través de la cadena de valor de una empresa

Fuente: Aviva Investors, GHG Protocol, 2021

Círculo virtuoso: presionar a las cadenas de valor a través de los objetivos basados en la ciencia

Al establecer objetivos basados en la ciencia, las empresas demuestran que están adaptando su actividad a un futuro que mantenga el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, adoptando una visión activa y previsora. Si incluyen las emisiones de alcance 3, animarán a los proveedores y usuarios de sus productos a reducir su propia huella de carbono. En última instancia, los proveedores que no adopten medidas pueden tener dificultades para mantener sus clientes.

En este sentido, los objetivos basados en la ciencia son superiores a otras medidas utilizadas para mostrar la adaptación climática. Desde el punto de vista de la gestión de carteras, los datos de emisiones acumuladas ofrecen poca información. Las huellas de carbono normalizadas (que miden las emisiones en toneladas de dióxido de carbono por millón de dólares/euros invertido, ajustadas a la titularidad de capital) o la intensidad de carbono (que mide las emisiones totales de carbono en relación con los ingresos) tienen sus propios retos. Por ejemplo, los productores de petróleo y gas verán fluctuar la intensidad de carbono con los precios de la energía, a pesar de que las emisiones absolutas permanezcan prácticamente invariables (véase “Cómo pueden afectar las fluctuaciones de los precios de la energía a la intensidad de carbono”).

Los objetivos basados en la ciencia muestran cómo las empresas gestionan los riesgos y planifican el desarrollo de la resiliencia climática en sus cadenas de valor

En cambio, los objetivos basados en la ciencia muestran cómo las empresas gestionan los riesgos y planifican el desarrollo de la resiliencia climática en sus cadenas de valor. Para los inversores, también pueden implicar que las decisiones de asignación tengan un mayor impacto, ya que la iniciativa de descarbonización puede filtrarse por la cadena de suministro a empresas en las que el gestor no participa.

La contabilidad del carbono es reciente y la SBTi aún tiene que diseñar un marco para fijar objetivos en algunos de los sectores más contaminantes, como el petróleo, el gas y el acero. En estos ámbitos, las consultas están en marcha y las metodologías específicas para cada sector son inminentes.5,6

No obstante, al establecer objetivos basados en la ciencia y no depender de compensaciones o tecnologías novedosas para la reducción del carbono, el sector privado estará haciendo lo mejor que puede para abordar el riesgo climático y acelerar la transición.

Aunque el objetivo es el cero neto, los objetivos a corto plazo basados en la ciencia climática son la referencia para llegar a él. La evolución de la situación requiere un cambio de rumbo; y cuanto antes se inicie el proceso, mejor.

Cómo pueden afectar las fluctuaciones de los precios de la energía a la intensidad de carbono

La intensidad de carbono proporciona una instantánea de cuánto dióxido de carbono se produce en relación con un parámetro subyacente. Para el sector de los servicios financieros y las empresas en las que se invierte, consiste en evaluar la cantidad de dióxido de carbono generado por unidad de ingresos. Su sencillez es parte de su atractivo. Ahora bien, los datos de intensidad de carbono deben considerarse con cautela, ya que pueden fluctuar sin que se produzcan cambios significativos en las emisiones absolutas, como muestra la Figura 4.

En una crisis energética, un productor puede generar un volumen similar de emisiones absolutas en los años 1, 2 y 3, pero si el precio de la energía se ve obligado a subir (por ejemplo, a causa de un conflicto), el aumento de ingresos resultante supondrá una mejora de la intensidad de carbono, mientras que las emisiones absolutas (el impacto climático) siguen siendo las mismas. 

Figura 4: La intensidad de carbono puede variar sin que cambien las emisiones absolutas 

Con fines meramente ilustrativos.
Fuente: Aviva Investors, marzo de 2023

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