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Ética y alfa: ¿Puede la inversión responsable mejorar el rendimiento?

Steve Waygood, Director General de Inversiones Responsables, defiende la necesidad de invertir de manera responsable.

2 minutos de lectura

There is one, and only one, social responsibility of business: to use its resources and engage in activities designed to increase its profits so long as it stays within the rules of the game, which is to say, engages in open and free competition without deception or fraud.

Friedman, célebre economista del libre mercado, describió la idea de que las empresas tienen una responsabilidad hacia la sociedad como una «doctrina fundamentalmente subversiva».1

En 1970, escribió un importante artículo para The New York Times Magazine. Despertó un acalorado debate sobre si las empresas pueden aumentar su valor mediante la incorporación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en sus actividades comerciales.

Si bien ese debate continúa vigente en la actualidad, existe una gran variedad de pruebas que sugieren que sí pueden hacerlo.

Evidencia empírica

Sobre la base de un universo de datos en constante expansión, los expertos han llevado a cabo estudios para determinar si existe tal relación.

Los investigadores de la Universidad de Hamburgo y de Deutsche Asset and Wealth Management han encontrado una relación positiva entre las calificaciones ESG y el rendimiento empresarial en cerca de la mitad de los 1.816 estudios académicos publicados desde 1970. Y han observado una correlación negativa en apenas el 10% de los casos.2

Un estudio realizado por Harvard Business School en julio de 2013 reveló que, en un periodo de 18 años, una muestra de noventa empresas de «alta sostenibilidad» «superó con creces» a noventa empresas de «baja sostenibilidad», tanto en el mercado de valores como en términos de mediciones contables.3

Explicaciones lógicas

Existen explicaciones lógicas del por qué.

En primer lugar, es probable que los activos respaldados por altas calificaciones ESG sean menos arriesgados. A corto plazo, las empresas pueden salirse con la suya explotando a sus clientes o a su mano de obra, o al medio ambiente. Pero, con el tiempo, se verán perjudicadas por ese comportamiento.

En segundo lugar, hay pruebas que sugieren que las empresas con una alta calificación tienen un menor coste de capital. Diversos estudios han revelado que un buen rendimiento medioambiental guarda relación con un menor coste de la deuda y unas calificaciones crediticias más sólidas. En uno de los estudios se constató lo mismo en el caso de las buenas relaciones laborales.

¿Comprometerse o desentenderse?

La integración de los criterios ESG en el proceso de inversión puede contribuir a mejorar el rendimiento de otras formas. Las evidencias sugieren que las empresas pueden crear valor al mejorar sus puntuaciones ESG, de ahí que sea lógico comprometerse con las mismas para ayudar a mejorar su enfoque.

Los inversores pueden desear incitar a una compañía petrolífera a mejorar su historial de seguridad con el fin de disminuir el peligro de derrames de petróleo o reducir los riesgos a los que se enfrenta debido al cambio climático. Estas mejoras probablemente se verán recompensadas por el mercado, aunque no de forma inmediata.

Dicho esto, como inversor, hay que tomar una decisión sobre cuánto tiempo y dinero se debe dedicar razonablemente a comprometerse con las empresas. En gran medida, todo ello se debe a que es probable que exista un problema de «parasitismo» con otros inversores que podrían beneficiarse de estos esfuerzos. Con frecuencia, la colaboración con otros inversores cobra sentido.

La tendencia es clara

El debate desatado por Friedman continúa aflorando casi 50 años después, entre otras razones porque sus comentarios se han sacado a menudo de contexto.

En un punto olvidado de su artículo, citado con frecuencia, dijo que la responsabilidad de un ejecutivo corporativo es «ganar tanto dinero como sea posible, respetando las normas básicas de la sociedad; tanto las que se recogen en la ley como las que se recogen en las costumbres éticas».

Independientemente de cómo se defina y de cómo se mida su impacto, cada vez es más difícil argumentar en contra de la incorporación del análisis ESG en el proceso de inversión.

Si bien los inversores deben ser cautos a la hora de pagar demasiado por los activos basándose únicamente en los criterios ESG, hay motivos para creer que una inversión responsable dará sus frutos.

Información importante

La rentabilidad pasada no sirve de guía para el futuro. El valor de las inversiones y los rendimientos que generen pueden oscilar tanto al alza como a la baja, y puede suceder que los inversores no recuperen el importe originalmente invertido. Salvo donde se indique otra cosa, la fuente de toda la información es Aviva Investors Global Services Limited (Aviva Investors) al 13 de marzo de 2019. Salvo que se indique otra cosa, todas las perspectivas y opiniones son de Aviva Investors. No deberían entenderse como indicativas de ninguna garantía de rentabilidad a partir de una inversión gestionada por Aviva Investors, ni tampoco como un asesoramiento de ninguna clase .Este material no constituye una recomendación para comprar o vender ninguna inversión. Si necesita una recomendación adaptada a su situación personal, busque asesoramiento financiero.

10321 03/2019

References

1 The Social Responsibility of Business is to Increase Its Profits, The New York Times Magazine, September 13, 1970

2 Friede G, Busch T & Bassen A (2015): ESG and financial performance: aggregated evidence from more than 2000 empirical studies, Journal of Sustainable Finance & Investment

3 Eccles R, Ioannou I, & Serafeim G (2011): The Impact of Corporate Sustainability on Organizational Process and Performance, Working Paper Harvard Business School

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