Los inversores deberían tener en cuenta la deuda de los Países Emergentes en divisas fuertes para una asignación estratégica a largo plazo dentro de sus carteras de renta fija para aumentar los rendimientos de sus carteras, en lugar de verla como una posición táctica a corto plazo.
Lea este artículo para comprender:
- Las razones por las que los inversores deben plantearse incluir deuda soberana de Países Emergentes en divisas fuertes como una asignación estratégica a largo plazo.
- Los factores de crecimiento principales incluyen la resiliencia, los beneficios de la diversificación y las tendencias macroeconómicas favorables
- Cómo logra equilibrar nuestro enfoque de inversión la generación de alfa con una gestión prudente del riesgo
La deuda de los Países Emergentes se ha visto históricamente como una asignación táctica durante los períodos de volatilidad del mercado y a menudo ha sido infrautilizada en las carteras de renta fija. Sin embargo, ahora hay motivos más convincentes que nunca para realizar una asignación estratégica a largo plazo a deuda soberana de Países Emergentes en divisas fuertes.
Los países emergentes son una parte importante del panorama económico mundial, ya que representan el 85% de la población mundial, el 50,4% del PIB mundial en 2024 y el 65,9% del crecimiento del PIB mundial entre 2014 y 2024.1 A pesar de ello, la deuda de los Países Emergentes solo representa el 27% de los activos de renta fija mundiales, lo que, a nuestro entender, significa que los inversores están pasando por alto una oportunidad.2
Asimismo, la deuda de los Países Emergentes ha aumentado considerablemente en cuanto al número de emisores. En 1991, solo emitían deuda externa cuatro países emergentes. En 2025, rozaban los ochenta, y eso ha mejorado la resiliencia de la deuda de los Países Emergentes, ya que el riesgo se distribuye de manera más uniforme entre diversas economías.
Además, la deuda soberana en divisas fuertes de los Países Emergentes ha proporcionado durante mucho tiempo más rentabilidad ajustada al riesgo que la deuda soberana mundial y la deuda corporativa de grado de inversión de los países desarrollados (véase la figura 1).
Figura 1: Risk and returns of various asset classes over 20 years (per cent)
Past performance is not a reliable indicator of future performance.
Note: Historical returns and standard deviations for the period from December 31, 2004 to March 31, 2025. All returns and standard deviations are annualised.
Source: Aviva Investors, Bloomberg. Data as of March 31, 2025.
En las últimas décadas, muchos países emergentes han implementado reformas macroeconómicas muy exigentes para aumentar la resiliencia. Las políticas diseñadas para mitigar las turbulencias externas y mejorar la calidad del crédito han fortalecido estas economías. En 2025, casi la mitad de los emisores soberanos con grado de inversión de países emergentes tenían una calificación de AA a A, y otros, como Corea del Sur, Taiwán, Catar y Kuwait, han dejado de formar parte del índice de los Países Emergentes al pasar a formar parte de los países desarrollados.
Actualmente, la deuda de los Países Emergentes ofrece exposición a un diverso espectro de economías, desde gigantes, como China y Brasil, hasta países de rápido crecimiento en el sudeste asiático y África subsahariana, como Indonesia, Filipinas, Costa de Marfil y Senegal. Si bien el perfil económico de cada país es distinto, muchos comparten características positivas, incluidas unas perspectivas de crecimiento más sólidas, unos niveles de deuda más bajos y unos datos demográficos favorables en comparación con los países desarrollados.
Una clase de activo resiliente
Si bien el argumento estructural en favor de la deuda de los Países Emergentes en divisas fuertes es convincente, la evaluación de las condiciones actuales del mercado es igualmente importante. En los últimos años, muchos emisores de Países Emergentes han sido capaces de hacer frente a los contratiempos geopolíticos y macroeconómicos. Esto puede deberse a las medidas proactivas adoptadas por sus bancos centrales, como subidas de tipos de interés tempranas y agresivas para combatir la inflación.
Ahora bien, pese a su cautela, todavía es posible que deban reconstruir las protecciones financieras que retiraron en anteriores periodos de crisis, como la pandemia de COVID-19. Las previsiones de referencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) para los países emergentes y el crecimiento mundial señalan la posibilidad de que el panorama vaya a cambiar poco: un crecimiento lento pero constante y una inflación controlada. Si el pronóstico se cumple, estas naciones podrán reconstruir dichas protecciones y mejorar sus balances.3
La diversificación de las economías de los Países Emergentes también ha desempeñado un papel fundamental en su estabilidad. Los exportadores de materias primas, como Chile y Perú, se han beneficiado de los precios elevados de las materias primas, mientras que otros países como Colombia y Kenia han logrado impulsar su crecimiento a través del refuerzo de sus sectores manufacturero, tecnológico y de servicios. Además, muchos países emergentes siguen demostrando una gran resiliencia. Los países emergentes más grandes disfrutan de una posición favorable gracias a un crecimiento robusto debido a la fuerte demanda interna, la recuperación de los salarios reales y unos parámetros externos resistentes. Por otro lado, los bancos centrales de los Países Emergentes han logrado avances significativos en la reducción de la inflación, lo que les deja margen para continuar con recortes en los tipos de interés. Las brechas de producción negativas en varias economías apuntan a un potencial de crecimiento adicional, mientras que los riesgos externos se han reducido debido al reajuste macroeconómico que sigue llevándose a cabo. Sin embargo, a la hora de evaluar estas inversiones sigue siendo esencial realizar minuciosas evaluaciones ascendentes.
Los diferenciales parecen estar bien valorados en gran parte de los países emergentes. El perfil de riesgo/remuneración para los diferenciales con grado de inversión parece estar en niveles elevados, pero los rendimientos totales siguen siendo atractivos. Los rendimientos totales se sitúan en sus niveles más altos en una década (véase la figura 2), por lo que el momento actual ofrece una oportunidad muy atractiva para asegurarse las altas tires. Los factores técnicos refuerzan aún más esta perspectiva, y aunque la posición de los inversores especializados en países emergentes y de los inversores crossover sigue siendo cautelosa, la influencia de los factores técnicos es positiva gracias a la mayor diversidad de participantes y a unas expectativas de emisión moderadas.
Figura 2: EMD all-in yields remain high (per cent)
Past performance is not a reliable indicator of future performance.
The Markit CDX Emerging Markets Index (“CDX EM”) is composed of fifteen sovereign reference entities that trade in the CDS market.
Source: Aviva Investors, Bloomberg. Data as of March 31, 2025.
Nuestro enfoque sobre la deuda de los Países Emergentes
En Aviva Investors, nuestra estrategia está pensada para generar alfa durante todo el ciclo del mercado, centrándonos en superar la rentabilidad de forma continuada. Históricamente, la estrategia de deuda soberana en divisa fuerte de los Países Emergentes de Aviva Investors ha generado alfa independientemente de la evolución de los diferenciales (véase la figura 3).
Figura 3: Performance of Aviva Investors EMD HC Sovereign strategy versus spread (per cent/bps)
Past performance is not a reliable indicator of future performance.
Aviva Investors EMD Hard Currency Sovereign USD composite (inception date January 1, 2004) and J.P. Morgan EMBI Global index.
Source: Aviva Investors, Bloomberg, eVestment. Data as of March 31, 2025
Creemos que el potencial de alfa de la deuda de los Países Emergentes radica en la amplitud y diversidad de esta clase de activos poco investigada y a menudo poco reflejada en los informes.
Sin embargo, muchos enfoques de inversión en deuda de los Países Emergentes no logran captar este potencial debido a sesgos estructurales inherentes. Estos a menudo resultan en una sobreexposición a segmentos de mercado de mayor riesgo, una fuerte dependencia de las métricas de riesgo convencionales y una incapacidad para distinguir entre los motores de beta y alfa en la construcción de las carteras. Nuestro enfoque no sesgado sobre la deuda de los Países Emergentes evita estas dificultades comunes: exploramos oportunidades en todo el universo de inversión. Esto nos permite construir carteras sin sesgos preestablecidos, generando un alfa independiente de los diferenciales de alto rendimiento y grado de inversión.
Nos centramos en las oportunidades más atractivas, sin tener en cuenta la calificación crediticia, con un profundo conocimiento de los riesgos específicos de los Países Emergentes. Al reconocer las limitaciones de las métricas de riesgo tradicionales, construimos carteras que priorizan la preservación del capital y superan sistemáticamente a los valores de referencia. Además, en nuestro enfoque resulta fundamental la gestión eficaz de la liquidez, lo que puede ayudar a que nuestras carteras sigan teniendo capacidad para resistir independientemente de las condiciones del mercado. Este enfoque riguroso e integral ofrece un perfil de rentabilidad más fluido y estable, y eso respalda los argumentos en favor de una asignación estructural en las carteras de renta fija a la deuda de los Países Emergentes en divisas fuertes.
La deuda de los Países Emergentes representa un componente esencial, aunque infravalorado, de las carteras de renta fija global. A medida que esta clase de activos crece en importancia, gracias a la mayor solidez de sus fundamentales y a las condiciones macroeconómicas favorables, ofrece a los inversores una poderosa oportunidad de diversificación y mejora del rendimiento.